En el año 70.000 A.C. un crucero romuliano clase Dderidex
fue arrastrado desde el cuadrante Beta por una distorsión espacio temporal
hasta la Tierra, los sensores de la nave detectaron los efectos de un invierno
nuclear producido por la erupción del supervolcán Toba en Sumatra. El equipo
científico de la nave bajo a la superficie para encontrar en un apartado lugar
de África a un humanoide malherido, no había rastro de vida humana en la
superficie o al menos no la detectaron los sensores. El oficial científico decidió
la realización de un experimento arriesgado para volver a poblar el planeta,
extrajo el ADN de una costilla del sujeto y clonó una hembra de la especie.
Después de un complicado proceso ambos individuos despertaron, y pensaron que
los romulianos eran dioses, estos no los desmintieron, cosa harto difícil por
otra parte, tan solo les recomendaron no abandonar el área donde los
depositaron al ser una de las pocas zonas libres de los efectos de la erupción.